Este dibujo del Bulldog lo realicé utilizando únicamente un esfero, explorando una técnica que siempre me ha parecido desafiante y al mismo tiempo muy enriquecedora: el dibujo con bolígrafo. A diferencia del lápiz, el esfero no ofrece la posibilidad de borrar ni corregir con facilidad, por lo que cada trazo debe ser firme y seguro. Esa misma limitación se convierte en la gran virtud de la técnica, porque obliga a confiar más en el pulso, a aprovechar los errores y a integrarlos de manera creativa dentro de la obra.
En mi caso, decidí dar vida a un Bulldog con aspecto musculoso y desafiante, un personaje que bien podría pertenecer a un cómic. Su collar con púas y su expresión fuerte transmiten poder, mientras que el sombreado a base de líneas cruzadas le da volumen y textura. Cada trazo fue pensado como parte de un todo, con la intención de usar la fuerza del bolígrafo para destacar las sombras y resaltar la figura.
Este estilo de dibujo me hizo recordar los años de colegio, cuando solía llenar la parte trasera de mis cuadernos con dibujos hechos en esfero. Hoy retomar esa práctica me ha permitido volver a disfrutar de la espontaneidad del trazo directo, pero con un enfoque más consciente y técnico, buscando seguridad y carácter en cada línea. El resultado es este Bulldog que, además de ser un ejercicio de técnica, se convierte en un símbolo de fuerza y disciplina gráfica.

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