En esta ocasión quise rendir homenaje a uno de los personajes más icónicos del cine y la literatura de terror: Drácula. Realicé este dibujo completamente a mano, usando solo tinta, para capturar la esencia sombría y elegante del vampiro más famoso del mundo. Me enfoqué en resaltar su expresión feroz, los colmillos listos para atacar y el característico cuello alto de su capa, símbolos inconfundibles de su figura.
Trabajar con tinta siempre es un reto, ya que cada trazo debe ser preciso, sin posibilidad de corrección. Pero justamente eso le da una energía especial al resultado final, llena de contraste y dramatismo. Este retrato de Drácula combina mi gusto por el arte clásico con mi pasión por los personajes de terror, logrando una pieza que evoca la oscuridad y el misterio del conde inmortal.

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